En alusión al título he de decir que pretendía hacer una analogía "refranera" y es que...
Siempre se ha dicho "que los árboles no te dejan ver el bosque" en el sentido de que si te centras en el detalle no ves lo que forma el conjunto, y realmente aquí pasa un poco lo mismo y a la inversa. Lo mismo, porque dentro de estas pscodélicas imágenes se ocultaba otra preciosa imagen en 3D; a la inversa, porque aquí si hacía falta centrase en el detalle de la imagen primera para poder ver la segunda.
Los de las nuevas generaciones puede que no lo entendáis pero todo esto tendrá más lógica si os hablo de una serie de documentos que mi generacion vivió: los libros del Ojo mágico (no va con segundas ¬_¬ )
Esta serie de libros causó furor en los '90... ¬_¬ si, así nos divertiámos cuando éramos niños de unos 10 años; no con Plays, ni tablets ni MYHYV o Sálvames.
En fin, a la par que fascinante era frustrante, ya que nunca se conseguía ver y cuando lo veías no podías discriminar las imágenes escondidas; lo que para algunos eran dos delfines saltando (el ejemplo de la imagen) para otros era Carmen de Mairena (hablo desde mi experiencia; supongo que como todo hubo gente inteligente que los veía todos a la primera).
En fin, después de mucho esfuerzo conseguí averiguar que si te pones bizca puedes llegar a esa especie de trance que te hace ver una imagen resurgir (repito, el problema es saber que es; porque ves la imagen pero a veces no identificas que representa) y (el problema que conlleva dejarte la vista tras varias veces de forzarte a bizquear); otros simplemente se acercaban el libro (por consiguiente la imagen) y poco a poco la iban alejando exclamándo: Lo veooo, hostia que chulada!! (sí.. también hablabamos así).
El caso es que, o eras de los afortunados que se deleitaban con las imágenes escondidas o eras, de los típicos que preferían buscar a Wally (que también era chungo pero al menos sabías que estaba y no te tenías que fumar algo para dar con él).
No hay comentarios:
Publicar un comentario