Uno de los grandes hobbies es el placer de la escritura y todo el mundo lo tendría que experimentar alguna vez (y no, no sólo digo escribir datos en una agenda).
En este apartado me tomo la licencia de presentar mis cortas creaciones artístico-literarias. Y aprovechando que mañana es San Valentín... ahí va un relato corto.
" Que Dios te eche por donde menos daño hagas"- le repetían
constantemente. Y es que el pobre era poco agraciado. Además de pequeño, enjuto
y un poco jorobado, llevaba gafas de culo de botella con una graduación que
rozaba la ceguera. Le llamaban Rompetechos por su semejanza con el personaje de
tebeo. En el fondo, no obstante, era un bonachón y por su honradez y su buen
humor era querido por todos, aunque como era normal por su aspecto, no había
conocido el amor. Un día se enamoró perdidamente pero nunca fue correspondido y su pequeño
corazón se fraccionó en 1000 pedazos. Después de aquel día, Gavino (que era su verdadero nombre; hasta el nombre lo tenía feo), se hartó, y una ocurrencia se
le paso por la mente:
"- Voy a cargarme a ese ciego de mierda! Es que no se cansa de jugar con
los sentimientos? San Valentín, San Valentín... valiente idiota es lo que es, y
Cupido... que nombre más estúpido!!!"
Y se dispuso a hacer un largo viaje en busca del pequeño y revoltoso dios alado.
Mientras caminaba, exclamaba en un susurro para sí:
"- Ahora sólo falta verlo y entonces, juro que le daré lo suyo!!!!"
Y llegó a un bosque muy frondoso, con árboles altos como gigantes y prados llenos de coloridas y hermosas flores. El paisaje era idílico, casi como el de los cuentos de hadas de los que había oído hablar de pequeño. De entre los árboles, los rayos de luz se colaban dibujando un gran arcoiris que, a su vez, enmarcaba una gran cascada. Pensó que ese sería el mejor lugar en donde encontrarlo... y así fue. De entre los prados de orquídeas descubrió unas ruinas de un templete romano en donde se situaban sátiros entonando melodías con flautas. Al lado, un coro de nimfas danzaban mientras espolvoreaban semillas y polvos brillantes. De entre las ramas de un árbol colgaba un columpio de madera con hiedras por cuerdas. Mas allá, una fuente de la que salía miel y una cornucopia alrededor de la cual se apostaba Cupido.
Con gran determinación Gavino se dirigió a él dispuesto a atacarle y de pronto todo enmudeció y sólo se escuchaban sus gritos:
"- Desgraciado, ciego, vas a morir... Despídete, es tu hora. Ya no jugarás más conmigo ni con nadie más!"
Al verlo, Cupido salió disparado (pues no era ciego de verdad) y gritó horrorizado:
"- ¿Pero que quiere este feo? Me horroriza el simple hecho de tenerlo cerca".
"-Encima cachondeo... Yo te mato, te juro que te mato"-expresó Gavino.
Después de estar jugando un rato al gato y al ratón (Cupido revoloteaba y Gavino daba golpes al aire), y frente a la mirada estupefacta de nimfas y sátiros a los que se sumaron duendes y hadas, Gavino le dio caza.
"- Cuántas veces me diste con la flechita de las narices pero nunca me han querido y me han despreciado por mi aspecto.... y tu aquí!!!!... Jugando... mientras mi corazón se partía tantas veces".
"- Suéltame feo, más que feo"- repetía el dios.
Y no le dio tiempo a más, porque Gavino clavó al pobre Cupido todas las flechas de su carcaj. Y lo último que le dijo fue:
"- No más desengaños, no más San Valentines, no más Cupido... ahora sabes lo que es morir de amor".
Y cuando el dios exhaló un último suspiro, una lluvia de purpurina invadió el cuerpo de Gavino y le salieron alas, y volvió a tener buena visión...y se volvió bello. En definitiva, se convirtió en el nuevo Cupido.
"- Esto si que es una maldición,... aunque mirándolo por el lado bueno, ahora podré vengarme de todos aquellos que nunca me quisieron... Pero empezaré después de ligarme a la nimfa!!!!!" "Que pasa?"- dramatizó como si le mirasen cientos de espectadores a través de una cámara. "-Este nuevo cuerpo hay que aprovecharlo!!!!".
Y se dispuso a hacer un largo viaje en busca del pequeño y revoltoso dios alado.
Mientras caminaba, exclamaba en un susurro para sí:
"- Ahora sólo falta verlo y entonces, juro que le daré lo suyo!!!!"
Y llegó a un bosque muy frondoso, con árboles altos como gigantes y prados llenos de coloridas y hermosas flores. El paisaje era idílico, casi como el de los cuentos de hadas de los que había oído hablar de pequeño. De entre los árboles, los rayos de luz se colaban dibujando un gran arcoiris que, a su vez, enmarcaba una gran cascada. Pensó que ese sería el mejor lugar en donde encontrarlo... y así fue. De entre los prados de orquídeas descubrió unas ruinas de un templete romano en donde se situaban sátiros entonando melodías con flautas. Al lado, un coro de nimfas danzaban mientras espolvoreaban semillas y polvos brillantes. De entre las ramas de un árbol colgaba un columpio de madera con hiedras por cuerdas. Mas allá, una fuente de la que salía miel y una cornucopia alrededor de la cual se apostaba Cupido.
Con gran determinación Gavino se dirigió a él dispuesto a atacarle y de pronto todo enmudeció y sólo se escuchaban sus gritos:
"- Desgraciado, ciego, vas a morir... Despídete, es tu hora. Ya no jugarás más conmigo ni con nadie más!"
Al verlo, Cupido salió disparado (pues no era ciego de verdad) y gritó horrorizado:
"- ¿Pero que quiere este feo? Me horroriza el simple hecho de tenerlo cerca".
"-Encima cachondeo... Yo te mato, te juro que te mato"-expresó Gavino.
Después de estar jugando un rato al gato y al ratón (Cupido revoloteaba y Gavino daba golpes al aire), y frente a la mirada estupefacta de nimfas y sátiros a los que se sumaron duendes y hadas, Gavino le dio caza.
"- Cuántas veces me diste con la flechita de las narices pero nunca me han querido y me han despreciado por mi aspecto.... y tu aquí!!!!... Jugando... mientras mi corazón se partía tantas veces".
"- Suéltame feo, más que feo"- repetía el dios.
Y no le dio tiempo a más, porque Gavino clavó al pobre Cupido todas las flechas de su carcaj. Y lo último que le dijo fue:
"- No más desengaños, no más San Valentines, no más Cupido... ahora sabes lo que es morir de amor".
Y cuando el dios exhaló un último suspiro, una lluvia de purpurina invadió el cuerpo de Gavino y le salieron alas, y volvió a tener buena visión...y se volvió bello. En definitiva, se convirtió en el nuevo Cupido.
"- Esto si que es una maldición,... aunque mirándolo por el lado bueno, ahora podré vengarme de todos aquellos que nunca me quisieron... Pero empezaré después de ligarme a la nimfa!!!!!" "Que pasa?"- dramatizó como si le mirasen cientos de espectadores a través de una cámara. "-Este nuevo cuerpo hay que aprovecharlo!!!!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario