De
repente, como si se teletransportara, recordó ese momento con una exactitud
pasmosa, aunque hubiesen pasado ya 5 años. Era como si reviviese de nuevo ese
momento:... todo lo que dijo, todas las sonrisas que profirió, todas las
miradas furtivas y dulces que le regaló, todos los silencios que los
envolvieron... También el sonido de las olas, que la llevaba a su mundo de
fantasía y su regreso, que la devolvían al real. Recordaba las estrellas que se
dibujaban en sus ojos... y su voz... y su sonrisa.
Al
final, su corazón la traicionó y derramó las pocas lágrimas que no consiguió
retener entre sus párpados. Entonces, como por arte de magia, la fotografia
empezó a borrarse. Una lágrima había caído en el medio y como un agujero,
absorbía toda la escena. Tambien pasaba algo en su mente. Todo lo que había
recordado se estaba esfumando. Ya no sentía las sonrisas, su aroma, el mar, la
calidez de la brisa... ni sus ojos, ni su boca , ni siquiera sus silencios
esperando impaciente una respuesta... Nada... La fotografía y su mente se
habían quedado en blanco. Pero algo sentía todavía en su corazón; angustia,
nostalgia, tristeza... imposibles de asociar a un recuerdo o un pensamiento.
Quedó
unos minutos paralizada, sosteniendo en la mano un trozo de papel blanco sin
ninguna imagen ni ningún mensaje impreso. Intentaba descodificar todas las
señales aunque no entendía el detonante de las mismas. Sumida en la desesperación
de no saber lo que ocurría, cogió sus cosas y se fue a pasear. En cuánto salió
por la puerta, impulsada por la musica, empezó a caminar y aunque no tenía un
rumbo fijo, sus pies la llevaban a un lugar desconocido de una forma
predeterminada. Y no sabe como fue, ni que le pasó, pero se encontró con que
sus pies le habían llevado a una playa, al lugar del rompeolas. Se le hizo de
noche pensando en lo que habia olvidado y porque sostenía un papel en blanco.
Cuando empezaron a salir las estrellas sintió un pinchazo en el corazón y la
fotografía empezó a dibujarse.
Ella esperó con paciencia a que se descubriera
la escena pero ésta se quedó a la mitad. Un segundo pinchazo le recordó lo que
faltaba... había alguien más allí!!!! A partir de ahí, recordó todos sus
atributos y empezó a recitarlos con la luna de testigo con tanta exactitud como
si fuera un personaje de su inventiva. Pero, en el fondo, sabía que era real y
entonces... GRITÓ!!! La fotografía se había completado, pero Él salía
borroso... aunque en su corazón seguía más presente que nunca."
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