Cartoons Forever: Félix The Cat

Siempre nos han acompañado en nuestros pasos y en los pasos de las siguientes generaciones. Los dibujos animados han sido el motor de vida de los más "peques" (algunos los siguen siendo). A través de situaciones animadas los cartoons siempre nos han enseñado valores y consecuencias a causas surrealistas. 

Relacionados enteramente con los cuentos, a los que dedicaremos un post especial. Estos pequeños personajes animados han pasado de generación en generación amenizando las tardes y las mañanas. Muchos nos han acompañado en las mañanas de los fin de semana y otros nos han amenizado mientras merendábamos o intentábamos hacer nuestros deberes. Como el cine y la televisión también han prevalecido y evolucionado, y en el olvido ya constituyeron la historia de los Cartoons. 

Uno de los más singulares y carismáticos, dejando aparte el universo Disney (al que también haremos mención), es el inceíble pero mudo Félix the Cat. Su pelaje negro, sus grandes ojos blancos y su amplia y cálida sonrisa junto a las historias surrealistas a las que se enfrentaba contribuyeron a situarle en uno de los personajes animados más carismáticos y reconocibles. Sus orígenes todavía siguen siendo cuestionados pero, sin embargo, se sabe con certeza de que la silueta del reconocible gato salió de los estudios de Sullivan y disfutaron de un enorme éxito en los felices años 20 (populares en esa época porque mostraba mucho de los estereotipos culturales de la misma). 
Además de estos cortrometrajes, Félix era carismático en las tiras cómicas y su imagen se colocó en cerámica, jugtuetería y trajetas postales. También gozó de un gran reconocimiento, pues fue un elemento clave en la cultura popular estadounidense; y también en el extranjero contó con sus seguidores. Además sus historias contaban con una excepcional banda sonora protagonizada por grandes cantantes de Jazz.



Félix obtuvo un gran éxito que fue desapareciendo con la incorporación de las caricaturescas criaturas en color y con sonido, pero se vanaglorió de un éxito hasta los años 30. Y es que, aun que contase con los grandes intérpretes del jazz, su transicción al sonido cada vez era más decadente y el público se acercaba cada vez más a la figura del ratón Disney, que llenaba ahora los corazones que había conquistado Félix (que irónico no... la batalla entre el ratón y el gato).


Ya en los años 50, Félix volvió a resucitar y se distribuyó en el cine casero y a los mercados de la televisión.  Entre el boom de los Disneys, en los años 50, se empezó su nueva serie de caricaturas en la televisión distribuidos por Trans-Lux con una apariencia, más domesticada inclinado a un público infantil e introduciendo nuevos elementos como un bolso mágico (No os recuerda a Doraemón?)
Aunque con esto, la animación era limitada y los argumentos simplistas, por lo tanto, no se hizo nada para disminuir la popularidad de la serie.

A finales de la década de 1980, se consigue una asociación con animadores europeos para trabajar en el primer largometraje del personaje. En 1995 y posteriores, Félix apareció en la televisión otra vez, con varias series como The Twisted Tales of Félix The Cat. Incluso fue popular en el mercado aponés en el año 2000. No obstante, la caricatura antes aclamada seria sustituida por la evolución de los dibus. 
Sin embargo ya constituye un capítulo que perdura en la historia de los Cartoons animados. 

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